Texto:
"Estamos
determinados sólo por la costumbre a suponer que el futuro es conformable al pasado. Cuando veo una bola de billar moviéndose hacia
otra, mi mente es inmediatamente movida por el hábito al usual efecto, y
anticipa mi visión al concebir a la segunda bola en movimiento. No hay
nada en esos objetos, abstractamente considerados, e independientes de
la experiencia, que me lleve a formar una tal conclusión: e incluso
después de haber tenido experiencia de muchos efectos repetidos de este
género, no hay argumento alguno que me determine a suponer que el efecto
será conformable a la pasada experiencia. Las fuerzas por las que operan
los cuerpos son enteramente desconocidas. Nosotros percibimos sólo sus
cualidades sensibles; y ¿qué razón tenemos para pensar que las mismas
fuerzas hayan de estar siempre conectadas con las mismas cualidades
sensibles?. No es, por tanto, la razón la que es la guía de la vida,
sino la costumbre.
Pero, para convencernos de que todas las leyes de la
naturaleza y todas las operaciones de los cuerpos, sin excepción, son
conocidas sólo por la experiencia, quizás sean suficientes las
siguientes reflexiones: si se nos presentara un objeto cualquiera, y
tuviéramos que pronunciarnos acerca del efecto que resultara de él, sin
consultar observaciones previas, ¿de qué manera, pregunto, habría de
proceder la mente en esta operación?. Habrá de inventar o imaginar algún
acontecimiento que pudiera considerar como efecto de dicho objeto. Y es
claro que esta invención ha de ser totalmente arbitraria. La mente nunca
puede encontrar el efecto en la supuesta causa por el escrutinio o
examen más riguroso, pues el efecto es totalmente distinto a la causa.
Cuestiones:
1. Expón las ideas principales del
texto. ¿A qué movimiento filosófico crees que pertenece?, ¿por qué?.
2. De acuerdo con la argumentación central del texto, ¿sería posible
alcanzar conocimientos verdaderos con carácter universal?, ¿por qué?.
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Texto:
"Empecemos por considerar las cosas que,
comúnmente, creemos comprender con mayor distinción, a saber, los
cuerpos que tocamos y vemos. Tomemos, por ejemplo, este pedazo de cera
que acaba de ser sacado de la colmena: aún no ha perdido la dulzura de
la miel que contenía; conserva todavía algo del olor de las flores con
que ha sido elaborado; su color, su figura, su magnitud son bien
perceptibles; es duro, frío, fácilmente manejable, y, si lo golpeáis,
producirá un sonido. Mas he aquí que, mientras estoy hablando, es
acercado al fuego. Lo que restaba de sabor se exhala; el olor se
desvanece; el color cambia, la figura se pierde, la magnitud aumenta, se
hace líquido, se calienta, apenas se le puede tocar y, si lo golpeamos,
ya no producirá sonido alguno. Tras tales cambios. ¿permanece la misma
cera?. Hay que confesar que sí: nadie lo negará. Pero entonces, ¿qué era
lo que conocíamos con tanta distinción en aquel pedazo de cera?.
Ciertamente, no puede ser nada de lo que alcanzábamos por medio de los
sentidos, puesto que han cambiado todas las cosas que percibíamos por el
gusto, el olfato, la vista, el tacto o el oído; y, sin embargo, sigue
siendo la misma cera. Tal vez sea lo que ahora pienso, a saber: que la
cera no era esa dulzura de miel, ni ese agradable olor de flores, ni esa
blancura, ni esa figura, ni ese sonido, sino tan sólo un cuerpo que un
poco antes se me aparecía bajo esas formas, y ahora bajo otras
distintas.
Debo, pues, convenir en que yo no puedo concebir lo que es
esa cera por medio de los sentidos, y sí por medio del entendimiento.
Pues bien, ¿qué es esa cera, sólo concebible por medio del
entendimiento?. Sin duda es la misma que veo, toco e imagino; la misma
que desde el principio juzgaba yo conocer. Pero lo que se trata aquí de
notar es que la impresión que de ella recibimos, o la acción por cuyo
medio la percibimos, no es una visión, un tacto, o una imaginación, y no
lo ha sido nunca, aunque así lo pareciera antes, sino sólo una
inspección del espíritu la cual puede ser imperfecta o confusa como lo
era antes, o bien clara y distinta como lo es ahora, según atienda menos
o más a las cosas que están en ella y de las que consta."
Cuestiones:
1. Expón el tema central del que trata
el texto, sus ideas principales y su estructura
2. ¿A qué movimiento filosófico crees que pertenece?, ¿por qué?.
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